domingo, 15 de mayo de 2011

Bellas artes rules!!!!

Lo que sigue a continuación es un estudio cualitativo sobre los hábitos culturales, alimenticios, reproductivos y de comunicación de la fauna natural de la zona de la Ciudad de Querétaro comprendida en la esquina de Tecnológico e Hidalgo, mejor conocida como facultad de bellas artes de la universidad autónoma de Querétaro.

De acuerdo con mis observaciones durante los años que llevo frecuentando la zona, la población estudiantil de la facultad está compuesta por cinco grupos principales: el Bellasartes-Bellasartes, que es el que realmente estudia ahí. El Bellasartes-Guanabi, que estudia en ciencias políticas y sociales pero ha mimetizado su grupo social para fundirse con el entorno. El de derecho Extraviado, que es el que va a comer a gorditas a enfermería, a tomar a che-chelas, y a sacar copias a color sobre Hidalgo. Y el Chupasangre-bellasartes, caracterizado por la guitarra, la maleta de ropa hindú, pero solo se dedica a la vendida de planta exótica o cualquier otra actividad dirigida a sacarle varo al de derecho Extraviado e incauto.

Por el momento nos centraremos en el Bellasartes-Bellasartes. Como en cada grupo mayor, este conjunto está dividido en subgrupos, que van desde el que quería estudiar ahí desde antes de que el diseño gráfico se pusiera de moda, y la escuela le mutó alrededor, hasta el clásico especimenbellasartes, o el Nomamesconelartista. Éste, típicamente, vive en un departamento rentado, que comparte con un chingo de compañeros de cuarto, a los que llama rumis. En un esquema tradicional, dicho departamento estará decorado con elementos reciclados de las salas de las tías de cada uno de los rumis, excepto en el caso del infaltable foraneo, que no tiene tías a la mano. Algo de peluche rosa o atigrado, varias series de foquitos de navidad, por lo menos un santo o un Santo Enmascarado de Plata, por lo menos una silla Acapulco style, un bean bag, dos futones, varios LP's, varias lámparas de papel de china, y reglamentariamente una referencia cultural a la industria indie y un póster ya sea de una película de vampiros de los sesentas, o de Won Kar Wai.

Del chingo de rumis, las estadísticas demuestran que:
Uno será mesero, uno artista urbano y de instalación, dos fotógrafos, uno actor, uno modelo de desnudo. Todos hipstercísimos. Dos, andan en bicicleta. Uno es bisexual, y los otros dos lo niegan. Lo de las bicicletas, digo. De ellos, cuatro harán Yoga, dos están pensando hacer videoarte, uno ya se les adelantó y en una pachequiza puso en tres televisiones los XV años de su hermana, negando, claro, que su hermana hizo XV años y que originalmente viene de Satélite. Uno es vegetariano. Uno trató de usar el tofu del otro como jabón, y dándose cuenta del error, lo volvió a poner en su cajita. Uno comía comida orgánica, hasta que lo corrieron del Café vegetariano del centro donde mesereaba, y ya no le alcanzó el dinero para comprar mamadas ecológicas. Uno tenía un hurón. Uno sacó al hurón a pasear en una briaga y se lo comió el Xoloscuincle del vecino (también de bellas artes). Uno sospecha que el otro mató a su hurón. Uno le echa la culpa al foraneo. Uno se bronquea con el pobre y se entera de que se cogió a su novia y a su novio. Un foraneo le dice a otro que uno usó el tofu del otro de jabón. Para hacer las paces, los tres se van de reven a la palapa del club de leones. Pero uno pone caca del hurón muerto en los tenis Vans del otro. Uno pone volantes en todos los postes diciendo que otro es de Satélite. Uno se alcoholiza porque le dicen el Sateluco y atropella con su bici al Xoloscuincle del vecino. Todos le echan la culpa al foráneo, este le tira los mat de yoga de todos en un basurero de los especiales para caca de perro. Uno se emputa y hace que corran al foraneo. El foraneo, antes de irse, les chinga a todos todas sus chamarras Puma, sus ipods con música de Amanda Miguel, Cepillín y los Ting Tings y sus playeras de Bruce Lee y Lin May. Uno no tiene que ponerse más que los Dockers que usaba cuando estudiaba en la prepa del tec de Monterrey. Uno se caga de risa tanto que otro le tira a la basura su colección de DVD's de John Waters. Uno y otro terminan a los putazos y cuando el departamento se pone en renta de nuevo, anunciándose en los postes y en los baños del jeben. Los nuevos rumis se preguntan por qué la pared con el papel tapiz retro, que está tan kitsch, tiene como... pedacitos de dientes enterrados...

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